lunes, 7 de agosto de 2017

L@S TRABAJADOR@S, LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y EL CHE

L@S TRABAJADOR@S, LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN Y EL CHE


Iris Pico (MGTL)


La teología de liberación que nos une con los pensamientos de Ernesto Guevara, es indispensable conocer los postulados teológicos acerca de los obreros, el trabajo y la economía. Luego comprenderemos las nuevas fronteras de lucha, que se presentan en el Post- modernismo.

En este contexto alrededor de los años 1965 y 1966 Ernesto Guevara se ve obligado a realizar un análisis más de cerca en la realidad latinoamericana, a través del estudio de la economía política, basado en los apuntes de la academia de ciencias de la URSS (1963).

“.. Nos ha fallado la práctica, los conceptos a veces son un poco teóricos, falta el punto de conocimiento real del problema que se va a abordar(…), no todo es como dicen los libros, los libros no pueden representar la realidad de Cuba, muchos de ellos son escritos para otros medios como sistema general de dar conocimientos…” (Che:1961).

Notamos como este combatiente, se dá cuenta que la realidad en América es distinta a los postulados europeos. Trata de encontrar el mecanismo que lleve a una justicia laboral y económica orientada desde la realidad.

“ …primero, en las condiciones actuales, con el desarrollo del mercado mundial, el comunismo se haría sobre la base de la explotación y el olvido de los pueblos con quienes se comercia.
Segundo, las enormes cantidades de recursos destinados a la defensa no permite un pleno desarrollo del comunismo, por lo menos hasta el grado de nuestros conocimientos actuales sobre las posibilidades de la técnica. 

“… junto con el pensamiento de Fannon y Baran, los condenados de la tierra, son los que calan hondo en el problema del subdesarrollo. Fannon lo analiza exclusivamente desde el punto de vista del colonizado, y en eso consiste su originalidad; Baran sabe despojarse de su chaqueta imperialista para ir a buscar verdades amargas. Sus recetas y sus diagnósticos son crueles casi pero dan exactamente donde debe” ( Che: 1961).

En este contexto; qué nos dicen los documentos de la iglesia? Para 1989 en el documento Evangely Nuntiandi en el artículo 31 dice:
“Entre evangelización y promoción humana, desarrollo, existen efectivamente lazos muy fuertes. Lazos de orden teológico, ya que no se puede disociar el plan de la creación del plan de Redención que llega hasta situaciones muy concretas de injusticia, a las que hay que combatir y que hay que restaurar” (Evangely Nuntiandi: 1989).

Vemos que después de los documentos eclesiales de Medellín en 1968 la Iglesia toma consciencia de su responsabilidad en el desarrollo de los pueblos, dice que ya no se puede separar de la realidad concreta de injusticia, que vive una comunidad. Es decir, el contexto teológico está más allá de las ritualidades espirituales, las mismas que no se pueden dar si no existe justicia.
Menciona claramente la palabra combatir; en las mil y una formas de resarcir las condiciones injustas en las que vive el pueblo. 

Lo interesante de relacionar las dos formas de pensar, es que, es importante ser crítico frente a la propia ideología, orientada y basada en la realidad que viven nuestro continente; ni la Iglesia, ni los líderes pueden salirse de este contexto.

Veamos más de cerca como miraba Ernesto Guevara la realidad de los trabajadores en función del esfuerzo que lleva cada acción.

“Por ejemplo, los trabajadores del petróleo o la electrónica recibirían mayores jornales sin un gran esfuerzo, distinto a los trabajadores del campo que cultivan la caña. Estos últimos contrariamente a los anteriores, realizan un trabajo esforzado. 

Así, entendemos que la renta no debe ser una recompensa para sólo una parte de la sociedad, sino que debe distribuirse equitativamente de acuerdo con el esfuerzo realizado por toda la sociedad. Los medios de producción no pertenecen a los trabajadores que los emplean directamente, sino que pertenecen a la sociedad en su totalidad” (Che:1962).

Ernesto Guevara tiene un alto sentido de justicia, basada en la cotidianidad con los campesinos y el esfuerzo grande que realizaban día con día en el campo. Estas reflexiones parten de un corazón sensible a la promoción humana. En la profundidad de este pensamiento de su anhelo con respecto a la producción y los valores económicos.
Hasta el día de hoy la distribución del capital es desigual, el mercado tiene amplitud global, en donde cuenta la alta tecnología y el abaratamiento del costo al emplear un trabajador. La desigualdad en el jornal que recibe cada uno según su esfuerzo no está ni cerca de ser equitativa.

Líderes que llegan al poder son serviles al capital, presos del confort y las ventajas que le representan estar en el poder.
“ Practicamente no hay diferencia entre las dos respuestas, cualquiera que entre nosotros no trabaja tampoco come, porque no cumple con su deber social. Pero la pregunta surge en el caso de la persona que pone el mayor esfuerzo en su trabajo, ¿debe comer más? Indudablemente deber haber un límite, y este límite se determina de acuerdo con las calificaciones de la persona y su habilidad, y de acuerdo al progreso de las máquinas. Si una persona trabaja menos del nivel deseado debe recibir menos sueldo. Pero si realiza más del nivel requerido, debe entonces, en las mejores circunstancias, ganar un aumento que no exceda el 90% de la diferencia entre el nivel de su salario y el nivel del salario inmediatamente superior de conformidad con la escala salarial; y no podrá ir más allá del límite máximo a menos que realice un esfuerzo especial, fuera aprobado por sus calificaciones y logrado el nivel más alto” 

Si deseamos ser lógicos, ¿cómo vamos a alentar a los trabajadores a esforzarse o lograr el mayor ingreso material posible y, al mismo tiempo, pedirles que trabajen por el interés público y hagan sacrificios a favor del Congo o Sudán? Esto es imposible, porque aquí la lógica es contradictoria. Deben buscarse otros medios para dominar esta contradicción” (Che:1961).
Continuando con las aproximaciones hacia la teología de la liberación vemos que, en los años 80 la Iglesia, habla claramente sobre el verdadero acercamiento cristiano al mundo de los trabajadores; hace un llamado de apoyo a las organizaciones sindicales en defensa de sus derechos ¿No es esto un claro símbolo de revolución? 

“En lo que se refiere al mundo de los trabajadores, se advierte un deterioro en sus condiciones de vida y en el respeto a sus derechos; un escaso o nulo cumplimiento de normas establecidas para los sectores más débiles, una pérdida de autonomía por parte de las organizaciones de trabajadores debida a dependencias o auto-dependencias de diverso género, abuso del capital, que desconoce o niega la primacía del trabajo.

Los derechos del trabajador son patrimonio moral de la sociedad, que deben ser tutelados por una adecuada legislación social y su necesaria instancia judicial, que se asegure la continuidad confiable en las relaciones laborales. 

Las líneas pastorales son:

Impulsar y sostener la pastoral del trabajo en todas las diócesis, para promover y defender el valor humano del trabajo. 

Apoyar a las organizaciones propias de los hombres del trabajo para la defensa de sus legítimos derechos…

Favorecer la formación de trabajadores, empresarios y gobernantes en sus derechos y en sus deberes y propiciar espacios de encuentro y mutua colaboración” (Encíclica de Santo Domingo: 1983).

La iglesia claramente habla de los derechos de los obreros, de promover y defender los mismos; tal parece que los grupos comprometidos con la fe de la Iglesia Católica ignoraran estas reflexiones; que al ser de la época de los ochenta siguen vigentes en el nuevo siglo. 

Para Ernesto Guevara la creación de una nueva sociedad parte la conciencia del ser humano frente a la realidad. En varias ocasiones habla del hombre nuevo, capaz de compartir con su hermano, ser fiel a los auténticos postulados marxistas. 

“Creemos pero no estamos realmente seguros, que la ley básica del socialismo es la ley de la planificación, es decir, que por primera vez el hombre es capaz de comprender la ley de la historia y de cambiar la situación existente para crear una nueva sociedad. Este cambio no se realizará enseguida, pero iremos paso a paso hacia la nueva sociedad, porque esta nueva sociedad es el producto de la conciencia, y la conciencia se realiza paso a paso. Así creemos que este desarrollo de la conciencia es la condición vital. Y el último punto: El desarrollo de la conciencia socialista está en contradicción con el desarrollo de los incentivos materiales directos y los interese individuales…” (che: 1961).

La Iglesia de los pobres, ni quienes luchan por el Socialismo deberían caminar una senda distinta, en el fondo hay principios, valores, compromisos, acciones que coinciden. La formación consciente del ser humano en relación con sus otros hermanos.
La gran pregunta es ¿dónde quedan estos postulados latinoamericanos sacados del seno mismo de la iglesia?, parecen olvidarse algunos prelados de la misma razón que los instituyó; sin embargo estos mismos cuestionamientos podríamos realizar al interior de cualquier organización que se llame de izquierda. 

En la penúltima encíclica denominada “Aparecida” hay postulados concretos en relación al mundo del desarrollo y de la responsabilidad que tenemos con la naturaleza. Tema que retomará más tarde en “ Laudato Sí”. 

“La cultura actual tiende a proponer estilos de ser y de vivir contrarios a la naturaleza y dignidad del ser humano. El impacto dominante de los ídolos del poder la riqueza y el placer efímero se han transformado por encima del valor de la persona” (Aparecida, Artc.387:2007)

“Dentro de esta amplia preocupación por la dignidad humana se sitúa nuestra angustia por los millones de latinoamericanos que no pueden llevar una vida que responda a esa dignidad. La opción preferencial por los pobres es uno de los rasgos que marca la fisonomía de la iglesia Latinoamericana” (Aparecida, Artc.391:2007).

Este último postulado pareciera ser la voz de todas y todos, incluido el pensamiento del “Che”, entendiéndose la Fe, como la condición interna que nos mueve a construir un mundo mejor.

“De nuestra fe brota también la solidaridad como actitud permanente de encuentro, hermandad y servicio, que se manifiesta en opciones y gestos visibles, principalmente en defensa de la vida y de los derechos de los más vulnerables y excluidos y en el permanente acompañamiento en sus esfuerzos por ser sujetos de cambio y transformación de su situación” (Aparecida, Artc.394:2007).


BIBLIOGRAFÍA:

Massari, Roberto, “Che Guevara Pensamiento y política de la Utopía”, Editorial Txalaparta S.L.
Argentina 2004
PUEBLA, “La Evangelización en el presente y futuro de América Latina”, Teques, Venezuela, 1979.




La Ética Revolucionaria

La Ética Revolucionaria

Coordinación MGTL


Si no vienes a dar el tiempo, el corazón,
la vida, no desesperes por entrar,
porque en la entrada comienza tu salida.

El mundo moderno se asienta sobre la base de un sistema capitalista neoliberal, cuyo principio de acumulación mantienen al ser humano inmerso en formas de relacionamiento caracterizados por la explotación, opresión, avaricia y prepotencia, donde el individualismo, en el mejor de los casos, lleva a que cada individuo construya su vida y su “bienestar” y el de su familia sin reparar en las condiciones en que los demás miembros de la sociedad se encuentre.
Son los mismos seres humanos, quienes de forma intencional e indiscriminada, crean las condiciones de desigualdad y opresión que son las únicas fuentes de acumulación económica, política, cultural y de poder, como principio constituyente del sistema capitalista.
Es bajo este escenario, que como revolucionarios comprometidos debemos llevar nuestra labor, nuestro deber es la construcción del Socialismo. Para lo cual es imprescindible destruir el viejo orden social, pues no es posible construir justicia e igualdad social, dentro de un sistema cuyo principal sustento es la desigualdad y la explotación.
Quienes nos decimos revolucionarios, guiados bajo los principios éticos - revolucionarios del guevarismo nos proponemos como fin último la construcción de la nueva sociedad, basados en la edificación de un nuevo sistema de valores, donde el ser humano nuevo, en sus principios colectivistas, su vocación internacionalista y compromiso revolucionario se une a una acción práctica consciente, participando en los distintos espacios de la sociedad, como forma propia de militancia.
Está labor es muy compleja, y muchas veces puede parecer utópica, puesto que el neoliberalismo trata bajo todas sus formas de dominación ideológica, política y económica de desplazar a los y las revolucionarios conscientes, por la peligrosidad que representan para el mantenimiento del sistema, pues este tipo de hombres y mujeres somos quienes en nuestro deber creador y liberador vamos construyendo la conciencia colectiva para alcanzar una nueva sociedad.
La moda, las tecnologías, el sistema educativo, la religión, los medios de comunicación, etc. se encargan cotidianamente de condicionar la conducta del ser humano, y de implantar de forma naturalizada comportamientos consumistas y pequeño burgueses.
Nosotros como revolucionarios por estar insertos en el sistema mediante actividades cotidianas como el trabajo remunerado, los estudios y los mismos espacios de entretenimiento y distracción, no somos inmunes a ser influenciados por estas formas individualistas, es por ello que creemos que no basta únicamente con el compromiso y la voluntad de querer cambiar la sociedad.
Por el contrario, quienes decidimos emprender este camino, comprendemos que la opción revolucionaria, exige de una autoconstrucción permanente del revolucionario basados en la disciplina y la ética revolucionaria como respuesta fundamental a la necesidad objetiva de los oprimidos y excluidos de alcanzar su dignidad luchando.
Como guevaristas que somos, sabemos que la construcción de la ética revolucionaria es un elemento indispensable para la acción consciente que se renueva constantemente tanto en el proceso de la lucha por el poder, como en la posterior construcción la nueva sociedad socialista.
El Che en esto es muy claro, al preponderar el papel del sujeto revolucionario como elemento indispensable para la consolidación de las transformaciones socialistas, pues un nuevo tipo de ser humano es necesario para lograr un sistema de reparto social igualitario
Siendo así, la forma inmediata de esta ética es la disciplina, pero no bajo una forma mecánica y distorsionada de obligación – control – sanción, sino bajo el criterio de la consecuencia revolucionaria que solo puede nacer del amor al pueblo y la entrega a la transformación social.
En esta medida la constancia, la responsabilidad, la generosidad, la eficacia y la confianza se convierten no en obligación sino en expresión viva del compromiso revolucionario, este tipo de conciencia social se forma solo mediante la formación técnica - teórica, la reflexión política y el trabajo constante, es decir a partir de la complementariedad entre teoría y práctica.

viernes, 4 de agosto de 2017

El gobierno, la izquierda y la unidad



El gobierno, la izquierda y la unidad


Inti Quispe (MGTL)

La dialéctica señala que el cambio es una propiedad inseparable de la materia y que la sociedad misma está regida por permanentes cambios que suceden no siempre de manera progresiva, que también pueden existir cambios regresivos.

Los albores del nuevo siglo trajeron consigo una nueva y prolongada crisis del sistema capitalista. La crisis de fin de siglo retomo con fuerza la movilidad social echando al tacho de la basura las teorías capitalistas del fin de la historia que blandía el imperialismo en nombre de Francis Fukuyama. ¿La finalidad? sentenciar a la clase trabajadora a la resignación.

La profundidad de la crisis de fin de siglo trajo consigo la necesidad de generar nuevos escenarios de lucha, la agudización de la confrontación logro por ejemplo, el derrocamiento de varios gobiernos en América Latina pero también denoto la debilidad del movimiento social y revolucionario de esta parte del continente, la agudización de la confrontación tuvo en todos los casos como desenlace el recambio burgués y el fortalecimiento de una tendencia que aparentemente buscaba cambios pero encubierta en sí, traía la decisión inalterable de las burguesías de modernizar los estados a fin de generar mayores ganancias y garantizar el control de los mismos por parte de su clase.
El recambio burgués genero confusión en ciertos sectores de la tendencia revolucionaria de la América Latina, que sin beneficio de inventario se juntaron a estos procesos.
Unos se aferraron a la corrientEl gobierno, la izquierda y la unidad
e denominada progresista, con la ilusión de obtener cambios revolucionarios desde el escritorio de la institucionalidad burguesa, otros buscaron, en su debilidad ideológica, encontrar respuesta en teorías socialdemocrátas y versiones revisadas del marxismo y hubo un sector que busco una lectura propia de la realidad objetiva del momento y a partir de allí confrontar esas posiciones desmovilizadoras y claudicantes.

En este preámbulo se desarrolla la lucha de clases en nuestro país ahora. 

Un gobierno de tinte reformista , rodeado de unos transfugas de la izquierda, dirige un Estado capitalista, para ello se han amparado en una teoría denominada socialismo del siglo XXI, doctrina que como ellos mismo reconocen no está sujeta a principios científicos, ni atado a objetivos realmente revolucionarios y que por el contrario su papel es el de confundir, desviar y dividir al movimiento social y revolucionario.
Así se entiende que el gobierno actual hasta el día de hoy no haya afectado a los intereses económicos, políticos, ideológicos de la burguesía, al contrario son los banqueros, las trasnacionales y los grandes empresarios lo más gustosos de la dirección de Alianza País en el gobierno. 

Las declaraciones de estos (Lasso, Nebot, Rodas, Peñaherrera) señalan que no buscan la salida del gobierno, es más le exigen que cumpla su mandato. Entendible si notamos que la modernización del Estado burgués ha tenido como, principal beneficiario a la burguesía y a las transnacionales, al imperialismo chino y norteamericano principalmente.

Por otro lado se encuentra la izquierda, la una que claudico abiertamente y opto por la comodidad del poder en el Estado capitalista, feriando los mínimos principios que algún día dijo tener, aunque sigan usando el membrete de izquierda su posición es abiertamente en defensa del sistema que promueve la reprimarización de la economía, ha perseguido y encarcelado estudiantes, campesinos, obreros y a los pueblos del Ecuador. Este sector abiertamente se ha colocado al servicio del capital y su gobierno.
Por otro lado hay un sector de la izquierda unos que se bajaron del carro gobiernista para confrontarlo y otros que no se dejaron engatuzar por el cuento de la revolución ciudadana y que hoy se han juntado al movimiento social y popular de los pueblos del Ecuador en busca de un cambio y una alternativa distinta, un gobierno popular y socialista.

En el ámbito de la izquierda ecuatoriana ahora se expresa algo que muy necesario para el avance de un proceso revolucionario la unidad de los sectores populares. Sin embargo algo sucede en su interior. 

Al igual que la sociedad al interior de la izquierda se opera la lucha de clases, la lucha de posiciones ideológicas que confrontan posiciones, caminos, ideologías y políticas en el camino de construir una alternativa distinta.
En muchos sectores de esta tendencia pesa el cálculo electoral, el dogmatismo y la mezquindad ideológica, esto obviamente no permite aprovechar el momento histórico y la decisión popular de marchar unidos frente a la nueva estrategia del capital para sostener el sistema capitalista en esta parte del continente.
Estas contradicciones que principalmente se encuentran en la dirección de las organizaciones, y partidos institucionales que sustentan en las elecciones la única forma de llegar al poder. 

Las elecciones, al igual que la lucha armada son medios que se usan dependiendo de la situación concreta, de por si ninguna de estas formas de lucha son el objetivo final de las luchas de los pueblos, en el objetivo de la toma del poder a partir de la acumulación de fuerzas revolucionarias y la consecuente encuentro de factores objetivos y subjetivos que permitan el salto dialéctico de la revolución.

No cabe duda la necesidad de la unidad e la izquierda en el país pero esta no debe estar hipotecada ante cálculos e intereses solamente de una forma de lucha, o intereses particulares, a pretexto de la “coyuntura” no se puede afectar a los objetivos.

Y es asi que debe estar negado cualquier pacto o alianza con la derecha pretexto de mantener presencia electoral.

La Unidad tiene como condición una agenda programática que ponga por delante los intereses populares y que camine en medio del fortalecimiento y la recuperación de espacios de la izquierda en el seno del movimiento popular ecuatoriano.