50 años de la caída en combate del Che

Y este proceso, es sus etapas iniciales como actor presente, y en el resto de
su historia como guía ideológica, práctica y ética sería el Che Guevara, el
guerrillero internacionalista y comunista que participó de la guerrilla en la
guerra contra Batista, en el proceso de Liberación Nacional y en los primeros
años de la Construcción del Socialismo, marcando el proceso cubano con una
visión radical, estudioso de Stalin y Mao, aplicaría la teoría de los dos
grandes maestros a la realidad cubana y latinoamericana, y desarrollaría una
visión marxista que cumplió con el mandato mariateguista de que nuestro
socialismo no puede ser ni calco, ni copia, sino construcción histórica,
construcción heroica.
Al mismo tiempo el Che es la encarnación en el siglo XX del espíritu
bolivariano, heredero de las Cartas de Jamaica de Bolívar y de Nuestra América
de José Martí, volverá a pensar en el sueño de la integración americana, en la
posibilidad de retomar el destino común destruido por los intereses de las
oligarquías nacionales, pero ese destino común solo será posible como un futuro
socialista. Heredero de Stalin, no dejará sus tesis como letra muerta, sino que
se lanzará a convertirlas en hechos concretos, el Che representa esa herencia
proletaria como acción transformadora de la realidad, ese internacionalismo que
llevó a comunistas del mundo entero a luchar y morir defendiendo la España
republicana, y a millones de proletarios de todos los países a unirse para
defender a la Unión Soviética y aplastar al fascismo; y esa herencia lo llevó
al Congo a pelear contra el imperialismo, y ser derrotado, para finalmente
recalar en Bolivia donde encontraría la muerte heroica.
La muerte en Bolivia del Che marcó una época de la Revolución Mundial, el afán
norteamericano de matar al fantasma de la historia encarnado en el guerrillero
argentino fracasó rotundamente, tras fusilar al Che en La Higuera parece ser
que la sangre derramada germinó en todo el subcontinente, desde México al Cabo
de Hornos, millones de americanos se organizaron en Partidos, guerrillas,
ejércitos populares, movimientos revolucionarios que sacudieron América desde
1970 hasta la actualidad, no hubo lugar en América donde no se desarrollara la
lucha armada, la lucha revolucionaria, el Che se convirtió en el referente, en
la imagen, en el rostro de los sin rostro, en la cara en sombras donde todos
los oprimidos del continente se reflejaron, en esa especie de figura totémica
que todos reconocen, con la que todos se identifican aunque no sepan su
historia.
Existe un antes y un después de la caída en combate del Che, en una de sus
cartas de despedida el Che decía “muchos me dirán aventurero, y lo soy, pero de
un tipo diferente, de los que se juegan el pellejo para demostrar sus
verdades”, y en su sacrificio heroico, en su muerte, no se apagó el fuego
revolucionario de la juventud americana, sino que cobró un sentido, la
revolución no es un camino de rosas, en una sola dirección que nos conduce
pacíficamente al socialismo, la revolución es un camino donde el revolucionario
va a morir (o al menos está en el cálculo lógico de probabilidades) , pero esa
muerte no importa, esa muerte es la cuota, el sacrificio necesario para
construir un mundo diferente, el camino al socialismo es un camino donde se
deja el pellejo, donde se muere, pero la muerte de uno se convierte en la vida
de millones, una vez más Mariátegui vuelve a encarnarse en el Che: la cárcel o
la muerte para el comunista, para el revolucionario, es solo un gaje del
oficio. El revolucionario sabe que morirá en la Revolución, y no le importa, es
parte del camino, por eso el poder, el capital, el imperialismo le teme, porque
no puede comprarlo, no puede negociar con él, no puede amedrentarlo, y no puede
derrotarlo, porque es solo un ejecutor de la historia.