El Che ahora
Elena Pombo (MGTL)
Un escenario convulsionado ha sucedido a una aparente calma;
este escenario visibiliza lo innegable: la acelerada degradación del
capitalismo.
Por dar un breve ejemplo citamos: el desangre del pueblo Palestino causado por el sionismo auspiciado por Washington, la ocupación norteamericana y de la OTAN en medio oriente, la corrupción en las altas esferas de uno de los iconos de la cultura burguesa (FIFA), atentados, hambruna y pestes; como resumen de este escenario la conformación de grandes potencias en un mundo capitalista, por un lado el tradicional imperialismo que hegemoniza los EUA y por otro los nuevas potencias, la UE, los llamados BRICS (Brasil, China, India, Rusia) que aúpan la ilusión de los gobiernos del llamado “socialismo” siglo XXI.
Cuando hablamos del Che ahora, buscamos trasladar su pensamiento al escenario actual, que aun cuando no es exactamente el mismo de hace medio siglo, las condiciones de inequidad que exigieron sus empresas siguen presentes en la realidad de la sociedad de hoy.
Ernesto Guevara, el Che, asistió a un momento histórico de lucha de clases en el mundo: por un lado el imperialismo yanqui liderando a la mayoría de países imperialistas y la consolidación del social imperialismo ruso, en proceso de abandono absoluto de las tesis revolucionarias en la Rusia otrora socialista.
Es que el Che recoge en su lucha histórica un momento objetivo propicio para el surgimiento de personalidades revolucionarias, él mismo surgió y fue fruto de la aguda confrontación de clases que se vivía en los años sesenta. Pudo identificar el nuevo momento que vivía el mundo con el surgimiento y la consolidación de dos grandes corrientes en el mundo, el imperialismo como fase superior del capitalismo y la degradación revisionista del partido comunista de Rusia.
Ese mismo hecho marco el destino del Che, si podemos hablar de destino. Ernesto Guevara fue un estudioso del marxismo leninismo, un revolucionario ejemplar que supo aprender de la dialéctica el arte de identificar a los amigos del proletariado y a sus enemigos.
Luego del triunfo de la revolución cubana, ese 1 de enero de 1959, de jugar un papel trascendental en la instauración del estado revolucionario de Cuba, de ocupar puestos claves en ese nuevo Estado, supo muy pronto que los enemigos de la revolución estaban demasiado cerca y consecuente con su mismo pensamiento, audaz y decidido, comprometido siempre con la causa proletaria decidió asumir una posición coherente con la revolución, desafiando la hegemonía no solo del capitalismo sino también de quienes hablando de socialismo preparaban la reversión del proceso revolucionario que iniciara Lenin en la Rusia de 1917.
Del Che se destaca su firmeza y su compromiso revolucionario, no midió consecuencias para desenmascarar al imperialismo gringo, se decidió por la revolución, decisión que lo llevó a Bolivia como parte de un programa de liberación nacional que dentro de la confusión reinante en el campo comunista internacional no pudo ser asistido, ni madurado política, ideológica, ni tácticamente por el movimiento comunista internacional que iniciaba una etapa de fraccionamiento decisivo en su historia (chinos y soviéticos).
Su muerte fue celebrada por el imperio, a pesar de ello, el ejemplo del Che representó y representa hasta hoy un peligro para el capital mismo.
Tanto así que durante décadas y hasta hoy tratan de asesinar lo que representa el Che. Han querido mercantilizar la imagen del che ubicándolo como objeto de marketing en camisetas, gorras, y demás mercancías, también lo han satanizado y ubicado como un sanguinario que mandaba a fusilar gente, pero ante todo han querido mitificar al Che haciéndole ver frente a las generaciones presentes como algo irrepetible, como un superhéroe con poderes especiales, nada más refutable.
El Che es la imagen del revolucionario consecuente que surge con decisión firmeza en momentos que las demanda revolucionarias así lo exigen, Ernesto el Che Guevara fue un revolucionario de los más destacados que logro marcar su nombre por el alto compromiso con Latinoamérica, que tuvo la lucidez que le dio su claramente amigos y enemigos de la revolución; como revolucionario, como hombre de carne y hueso también cometió errores.
Pero nada de eso le quita méritos al hombre nuevo que representa el Che, el ejemplo de revolucionario convencido, a la abnegación y la entrega a la causa de la liberación.
Por dar un breve ejemplo citamos: el desangre del pueblo Palestino causado por el sionismo auspiciado por Washington, la ocupación norteamericana y de la OTAN en medio oriente, la corrupción en las altas esferas de uno de los iconos de la cultura burguesa (FIFA), atentados, hambruna y pestes; como resumen de este escenario la conformación de grandes potencias en un mundo capitalista, por un lado el tradicional imperialismo que hegemoniza los EUA y por otro los nuevas potencias, la UE, los llamados BRICS (Brasil, China, India, Rusia) que aúpan la ilusión de los gobiernos del llamado “socialismo” siglo XXI.
Cuando hablamos del Che ahora, buscamos trasladar su pensamiento al escenario actual, que aun cuando no es exactamente el mismo de hace medio siglo, las condiciones de inequidad que exigieron sus empresas siguen presentes en la realidad de la sociedad de hoy.
Ernesto Guevara, el Che, asistió a un momento histórico de lucha de clases en el mundo: por un lado el imperialismo yanqui liderando a la mayoría de países imperialistas y la consolidación del social imperialismo ruso, en proceso de abandono absoluto de las tesis revolucionarias en la Rusia otrora socialista.
Es que el Che recoge en su lucha histórica un momento objetivo propicio para el surgimiento de personalidades revolucionarias, él mismo surgió y fue fruto de la aguda confrontación de clases que se vivía en los años sesenta. Pudo identificar el nuevo momento que vivía el mundo con el surgimiento y la consolidación de dos grandes corrientes en el mundo, el imperialismo como fase superior del capitalismo y la degradación revisionista del partido comunista de Rusia.
Ese mismo hecho marco el destino del Che, si podemos hablar de destino. Ernesto Guevara fue un estudioso del marxismo leninismo, un revolucionario ejemplar que supo aprender de la dialéctica el arte de identificar a los amigos del proletariado y a sus enemigos.
Luego del triunfo de la revolución cubana, ese 1 de enero de 1959, de jugar un papel trascendental en la instauración del estado revolucionario de Cuba, de ocupar puestos claves en ese nuevo Estado, supo muy pronto que los enemigos de la revolución estaban demasiado cerca y consecuente con su mismo pensamiento, audaz y decidido, comprometido siempre con la causa proletaria decidió asumir una posición coherente con la revolución, desafiando la hegemonía no solo del capitalismo sino también de quienes hablando de socialismo preparaban la reversión del proceso revolucionario que iniciara Lenin en la Rusia de 1917.
Del Che se destaca su firmeza y su compromiso revolucionario, no midió consecuencias para desenmascarar al imperialismo gringo, se decidió por la revolución, decisión que lo llevó a Bolivia como parte de un programa de liberación nacional que dentro de la confusión reinante en el campo comunista internacional no pudo ser asistido, ni madurado política, ideológica, ni tácticamente por el movimiento comunista internacional que iniciaba una etapa de fraccionamiento decisivo en su historia (chinos y soviéticos).
Su muerte fue celebrada por el imperio, a pesar de ello, el ejemplo del Che representó y representa hasta hoy un peligro para el capital mismo.
Tanto así que durante décadas y hasta hoy tratan de asesinar lo que representa el Che. Han querido mercantilizar la imagen del che ubicándolo como objeto de marketing en camisetas, gorras, y demás mercancías, también lo han satanizado y ubicado como un sanguinario que mandaba a fusilar gente, pero ante todo han querido mitificar al Che haciéndole ver frente a las generaciones presentes como algo irrepetible, como un superhéroe con poderes especiales, nada más refutable.
El Che es la imagen del revolucionario consecuente que surge con decisión firmeza en momentos que las demanda revolucionarias así lo exigen, Ernesto el Che Guevara fue un revolucionario de los más destacados que logro marcar su nombre por el alto compromiso con Latinoamérica, que tuvo la lucidez que le dio su claramente amigos y enemigos de la revolución; como revolucionario, como hombre de carne y hueso también cometió errores.
Pero nada de eso le quita méritos al hombre nuevo que representa el Che, el ejemplo de revolucionario convencido, a la abnegación y la entrega a la causa de la liberación.